Se inicia el acto con nuestra presidenta Lola, presentando a su vez al compañero José María Molina, Director del Museo del Dique, que introdujo al conferenciante, José Luís Gutiérrez Molina.
Sinopsis del libro:
`La Justicia del Terror. Los consejos
de guerra sumarísimos de urgencia de
1937 en Cádiz´. de José Luis Gutiérrez
Molina.
Los golpistas del verano de 1936 aplicaron una represión exterminadora sobre quienes
se habían atrevido a pensar que era posible vivir en una sociedad diferente. Una
conducta que sus propios jefes denominaron de limpieza social y que ha sido
considerada como un holocausto.
Primero se llevó a cabo mediante la «aplicación de bando de guerra». Los enemigos
eran secuestrados, encarcelados y, en muchos casos, terminaban asesinados, siempre
bajo la decisión última de las autoridades militares. Después, a partir de marzo de
1937, se puso en marcha el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia (PSU). Una forma
de consejo de guerra que buscaba mantener el terror.
En Cádiz, en ese año, se instruyeron 456 con casi 1.300 procesados. Los realizaron
jueces, abogados y fiscales civiles militarizados y fallaron tribunales de militares
golpistas. Eran vecinos de todas las localidades de la provincia. Más de un centenar de ellos fueron condenados a muerte y otro medio millar a diversas penas de prisión.
Este libro ofrece, por primera vez a escala provincial, una visión completa de cómo
comenzó a andar esta «Justicia del Terror».
El fracaso de la asonada del 18 de julio de 1936 transformó una operación de pocos
días en un conflicto abierto. Primero bajo la forma de operaciones de columnas.
Después, como una guerra convencional. Controlar y eliminar a los enemigos fue un
objetivo prioritario para los golpistas. La muerte, la física y la civil, la cárcel, el trabajo
esclavo, la depuración profesional y las humillaciones y vejaciones cayeron como rayos
sobre hombres y mujeres fueran burgueses liberales comprometidos con el régimen
republicano o trabajadores, urbanos y rurales, reformistas o revolucionarios. Los
asesinatos se «justificaban» por su resistencia al golpe. En 1937, con la puesta en
marcha de la Justicia del Terror, la facultad de Medicina gaditana, las salas de plenos de
diferentes ayuntamientos y otros locales en Arcos, Villamartín, San Fernando, Medina
Sidonia, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María y Jerez se convirtieron en
escenarios de las representaciones que eran estos consejos de guerra. Más de un tercio
de las víctimas eran vecinos de la sierra gaditana.
Cádiz, la población que más procesados aportó, seguida de San Fernando, Setenil y
Puerto Real. Se cumplieron 128 en el foso de la Puerta de Tierra de Cádiz, la explanada
ante la plaza de toros de Jerez y los cementerios de Arcos, El Puerto de Santa María,
Espera, Grazalema, Prado del Rey, San Fernando, Villaluenga y Villamartín.
El autor:
José Luis Gutiérrez Molina (Cádiz, 1952). Historiador, miembro del Grupo de
Investigación Historia Actual de la Universidad de Cádiz y director científico de
www.todoslosnombres.org.
Autor de diversos trabajos sobre la historia social y empresarial andaluza en general y
gaditana en particular. Entre ellos los referidos al astillero de Cádiz (El nacimiento de
una industria. El astillero Vea Murguía de Cádiz (1891-1903), Cádiz, Diputación, 2001 y
Capital vasco e industria andaluza. El astillero Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz (1917-
1952), Cádiz, Universidad, 1996).
Especialista en anarquismo, ha publicado trabajos generales («El anarquismo andaluz»,
Ayer, Madrid, 2002) y El Estado frente a la Anarquía. Los grandes procesos contra el
anarquismo español, Madrid, Síntesis, 2008) y diversas biografías de militantes como
las de Vicente Ballester (Se nace hombre libre. La obra literaria de Vicente Ballester,
Cádiz, Diputación, 1991), José Sánchez Rosa (La tiza, la tinta y la palabra. José Sánchez
Rosa maestro y anarquista andaluz, Granada, Tréveris, 2005), Miguel Pérez Cordón y
María Silva ‘La Libertaria’ (Casas Viejas, del crimen a la esperanza. Miguel Pérez Cordón
y María Silva ‘Libertaria’ dos vidas unidas por un ideal, Córdoba, Almuzara, 2008) y
Fermín Salvochea (Fermín Salvochea. Crónica de un revolucionario, Sevilla, Renacimiento, 2013).
Sobre memoria histórica ha escrito diversas reflexiones conceptuales («La memoria de
la Historia de España reciente. El reconocimiento de un viaje de la esperanza a la
derrota », Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2008) y es coautor de la investigación
sobre el trabajo esclavo en el canal de los Presos (El canal de los Presos (1940-1962).
Trabajos forzados: de la represión política
Tamaño: 17 x 24 cm.
Nº páginas: 432
ISBN: 978-84-940430-4-8
PVP 23.00 €
Junio 2014
Editorial Mayi
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LO QUE SE HA COMENZADO A DECIR, EN LA PRENSA, DEL LIBRO.
`La justicia del terror' radiografía los procesos de 1937 en la provincia
Diario de Cádiz. es/ Pilar Vera Cádiz | 18.07.2014 - 05:00
El régimen de represión que se vivió en las zonas golpistas durante la Guerra Civil, y en
todo el país en los primeros años de posguerra tenía, desarrolla el historiador José Luis
Gutiérrez Molina en La justicia del terror, un carácter de "limpieza social". En el
estudio, publicado por Ediciones Mayi, Gutiérrez ha investigado en documentos
conservados en el Archivo Histórico del Tribunal Territorial Militar Segundo de Sevilla
para presentar 446 de los 456 consejos de guerra de los procedimientos que se
celebraron en Cádiz y en la plazas de El Puerto, San Fernando, Sanlúcar, Jerez, Arcos,
Medina, Villamartín, Ubrique y Grazalema.
"En los primeros momentos del conflicto, los golpistas procedían a la aplicación de
bando de guerra al enemigo -explica el historiador-. Pero, a partir del 37, cuando se
veía que lo que se creía una situación puntual iba a convertirse en la 'guerra de
España', se impuso el Proceso Sumarísimo de Urgencia. Una figura que no sólo es una
redundancia formal, sino que estaba concebida para mantener un régimen de terror:
iba más allá de la represión directa por oposición al golpe y tenía menos garantías
judiciales que los propios consejos sumarísimos legítimos".
En ellos, eliminando la fase de plenario (la parte más garantista para los acusados), se
sometían a juicio causas por pertenencia a partidos, sindicatos, masonería, por haber
ejercido cargos en la República.... "Y este tipo de justicia -apunta Gutiérrez- se
mantendrá hasta principios de los cuarenta". José Luis Gutiérrez subraya el "cuidado que hay que tener al toparse con las
acusaciones de estos procesos", y tener presente que "independientemente de que en
algún caso pudieran coincidir los hechos con la realidad", su propósito no era impartir
una somera justicia sino "la represión en aras de la limpieza social". Término que el
experto saca de un oficio sobre un anarquista asesinado en El Puerto que el director
del penal envió al comandante militar: "Se le ha aplicado el bando de guerra en
función de la política de limpieza social desarrollada".
Los encausados en la zona de la Bahía y de la Sierra gaditana podían clasificarse en tres
tipos principales. En primer lugar, aquellos que habían sido detenidos a lo largo del
verano y el otoño de 1936 y que fueron de nuevo enjuiciados. Posteriormente, irían
abriéndose procesos a quienes, tras la caída de Málaga, volvían a sus localidades de
origen en la provincia, quizá movidos por la falsa promesa de que no tendrían nada
que temer quienes no acumularan delitos de sangre. La mayor represión, ocurrida en
la zona de la Sierra, se explicará a raíz de estos retornos: "Se aplicarán penas aludiendo
a presuntos actos de violencia anteriores -explica José Luis Gutiérrez-. Unas acciones
que, de ser ciertas, en nada tienen que ver con una política sistemática de extermino
como la que estamos tratando".
Un tercer tipo lo conformarían aquellos encausados por haber realizados alusiones
contra el golpe o el Régimen bajo influencia del alcohol. Y los famosos topos.
La justicia del terror aporta también un orden alfabético de los procesados, ya que
"esta investigación no sólo se ha realizado por un mayor conocimiento de la historia,
sino ante todo por una cuestión de información a los familiares de los represaliados. Ni
la derecha ni alguna izquierda española han afrontado seriamente este problema -
indica su autor-. No ha habido voluntad política de afrontarlo como cuestión de
Estado. Esta afirmación puede parecer sangrante, pero en este país parece que hay
víctimas del terror de primera y segunda categoría".
http://www.diariodecadiz.es/article/ocio/1817646/la/justicia/terror/radiografia/los/pr
ocesos/la/provincia.html
Como colofón del acto, se inició un entretenido e interesante debate entre los asistentes y conferenciante.
Y para finalizar, Lola le hizo entrega a José Luís de la tradicional placa conmemorativa del acto.